El sentido común dice que si queremos adelgazar debemos centrarnos tanto en la alimentación como en la actividad física. Uno sin el otro no se entiende, pero no todo es tan sencillo. Aunque nos propongamos cuidar nuestra alimentación y establecer una rutina de ejercicios, es posible que los resultados no lleguen. Esta situación la hemos consultado con los expertos del centro Ammma (San Sebastián) donde ofrecen un servicio integral enfocado al bienestar y precisamente apuestan por planes combinados entendiendo que ambos campos, la alimentación y el deporte, deben ir de la mano hacia la consecución de objetivos. . “No hay que olvidar que con la práctica del ejercicio aumentamos la musculatura, y eso se refleja en la báscula”, advierten de antemano, pero, en cualquier caso, estos son algunos de los motivos que pueden influir, según explican a a nosotros:
Tabla de contenido
1. Seguir dietas poco saludables
Algunas dietas no brindan todos los nutrientes que su cuerpo necesita y, como resultado, pueden ralentizar su metabolismo y causar dificultades para perder peso. es fundamental adaptar la dieta a cada persona y metabolismo para mantenerlo ágil y activo Una ingesta equilibrada de carbohidratos, proteínas y grasas es esencial. Para ello, siempre es recomendable acudir a un médico especialista en nutrición, que nos ayudará a adelgazar de forma saludable.
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2. Duerme un poco
La falta de sueño puede alterar la secreción de hormonas como la leptina y la grelina, lo que podría afectar nuestra sensación de hambre. La grelina es responsable de enviar señales al cerebro para inhibir la estimulación del apetito, y la leptina, cuando sus niveles bajan, provoca un aumento del apetito.
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3. Falta de hidratación
Un nivel adecuado de hidratación puede ayudar a mantener un peso saludable. Tanto los médicos como los nutricionistas recomiendan beber de 6 a 8 vasos de agua al día. Esta cantidad diaria, unida a la que aportan determinadas comidas, es suficiente para nuestro sistema funciona correctamente en la digestión y eliminación de toxinas. El control de la ansiedad también se ve favorecido por una ingesta adecuada. A veces confundimos la sed con la sensación de hambre.
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4. Ejercicio cardiovascular excesivo
Es cierto que el ejercicio cardiovascular (correr, andar en bicicleta, etc.) es bueno para la salud, pero desde el punto de vista de la pérdida de grasa, no de peso, estudios recientes indican que la combinación de trabajo de fuerza y hiit (entrenamiento interválico de alta intensidad) es la mejor fórmula.
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5. Come demasiado
Comer bien es importante, pero a veces no tenemos en cuenta las proporciones que debemos comer. Incluso los alimentos más saludables, aunque tienen un valor biológico importante, aportan calorías y si no moderamos su consumo no bajaremos de peso. El control de la ración será necesario para una pérdida de peso efectiva.
6. Problemas hormonales y de estrés
Distintos problemas hormonales como el hipotiroidismo, el síndrome de ovario poliquístico, la resistencia a la insulina… están dificultando la pérdida de peso. Por otro lado, el estrés eleva los niveles de cortisol al afectar el nivel emocional lo que aumenta el apetito y por ende el aumento de calorías ingeridas. ir a uno especialista para establecer un diagnóstico es el primer paso. Posteriormente, es recomendable contactar con un profesional de la nutrición y el ejercicio que pueda orientarte con un programa de trabajo adecuado a las necesidades de cada persona.