El cerebro de las personas tiene una serie de neuronas espejo que nos ayudan a adquirir y adaptar comportamientos instintivamente con solo verlos. En psicología, los expertos utilizan esta capacidad humana para realizar diferentes terapias que pueden ayudar a mejorar aspectos tan importantes como la autoestima. Aunque en estos casos el proceso se realiza de forma totalmente consciente, trabajar estos circuitos neuronales consigue grandes resultados. Sheila Estévez, psicoterapeuta, morfopsicóloga y psicóloga con consulta en Barcelona, Explica que utilizar los espejos como terapia «facilita la adquisición de una visión menos rígida y más generosa de la persona hacia uno mismo».
Esto permite que la persona madure, evolucione o se reconstruya mientras ella aprende a verse con más amor y aceptación, conoce sus propios límites y aprende a aceptarlos y por lo tanto aumenta positivamente su autoestima. “Mejorar la percepción total de una persona incluye ver lo bueno y lo malo, no solo lo malo, por lo que la autoestima está directamente asociada con el autoconcepto y viceversa. Cada uno evoluciona en función de cuáles son sus resistencias y a qué le limitan sus miedos, factor a tener en cuenta, y que salen a la luz aún más en el proceso de aplicación de la técnica del espejo, que también es se recomienda trabajar en consulta a medida que avanza el tratamiento «, dice el psicólogo.
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¿Como funciona?
La técnica de la terapia del espejo se centra en la percepción que la persona tiene de sí misma y el posterior modelado o trabajo cognitivo conductual para mejorar esa percepción, partiendo de la realidad de que la persona no es capaz de verse a sí misma. el proposito es implementar las conductas necesarias para potenciar el autoconcepto, la autoestima, la autoconfianza y la seguridad en uno mismo, a través de pautas para entrenar frente a un espejo. Este método también se puede utilizar “para tratar problemas de autoestima, depresión, ansiedad, trastornos alimentarios, como técnica para desarrollar la inteligencia emocional, como parte del protocolo para potenciar la introspección, y en general se puede aplicar a cualquier persona y a cualquier tipo de conflicto emocional siempre y cuando la personalidad de nuestro paciente nos permita aplicar esa técnica”.
Planteando una serie de preguntas que el paciente debe responder con sinceridad, el psicólogo tendrá que ajustar las expectativas a la realidad a la vez que sensibiliza. Además, debe enseñar a poner en práctica “una crítica objetiva de la realidad” a través de la cual se equilibre la balanza entre el bien y el mal. En palabras del experto: «Ya es hora que la persona ‘elige’ qué versión de sí mismo quiere ser, qué tipo de hombre, o qué tipo de mujer quiere ser, y se empoderan aquellos aspectos que no se han desarrollado por ningún tener una referencia o algún modelo a seguir en ese aspecto en particular, o directamente porque esa pregunta no se ha hecho hasta ahora”.
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Estévez, que destaca la importancia de respetar el tiempo de la terapia -entre 3 y 6 semanas- para que sea realmente eficaz y se adquiera lo aprendido durante el entrenamiento conductual, afirma que el objetivo principal de la terapia del espejo es «conseguir que la persona se identifica con su nuevo yo, a partir de la apertura mental y los nuevos aprendizajes adquiridos a través del trabajo de integración cognitiva, emocional y conductual”. Además, se recomienda revisar Los valores que la persona tiene para poder asentar los cambios introducidos, y a su vez, » desactivar creencias obsoletas o limitantesguiando a la persona en ese proceso, por así decirlo para impulsar esa nueva versión del Yo”.