El mejor remedio casero para tratar las quemaduras no es el hielo ni la pasta de dientes

Todos hemos sufrido alguna vez una quemadura: el brazo que toca sin querer la plancha caliente, el chorro de aceite que cae sobre la mano cuando estamos friendo algo en una sartén, la pierna que toca el tubo de escape de la moto o una tarde sol y piscina sin la protección adecuada. Ante el dolor insoportable que le provocan estas lesiones, el que más tiene y el que menos no ha dudado dos veces en recurrir al primer tratamiento domiciliario que se le pasó por la cabeza. ¿O alguien ha corrido al baño buscando el tubo de dentífrico para derramar algo del producto sobre la herida?

Por alguna razón desconocida, las quemaduras parecen haber atraído más mitos y remedios de la abuela que otras lesiones por accidentes domésticos. Sin embargo, la pregunta es, ¿Estos remedios caseros realmente funcionan cuando tenemos una quemadura en la piel?

Remedios de la abuela para quemaduras poco fiables

La pasta de dientes es definitivamente la solución casera para las quemaduras por excelencia. Aunque su efecto «fresco» puede aliviar el dolor y refrescar al principio, es una sensación que no durará mucho. La pasta permanecerá dura y adherida a la quemadura, resecando aún más la piel, y no ayudará a disipar el calor, por lo que no se recomienda su aplicación.

El efecto refrescante y calmante de la mantequilla, al estar en la nevera, también es transitorio, por lo que su efecto analgésico durará muy poco. Otros remedios caseros como la piel de patata, el tomate, el vinagre, el alcohol o la lejía!, y sus supuestos efectos antisépticos, calmantes, hidratantes y analgésicos no evitarán la aparición de ampollas y cicatrices, como dice la sabiduría popular.

Quemaduras que se pueden tratar en casa

Las quemaduras de primer grado como las quemaduras solares (que provocan enrojecimiento de la piel y dolor) y las quemaduras superficiales de segundo grado (con dolor, enrojecimiento, inflamación, pequeñas ampollas) típicas tras el contacto con elementos sólidos o líquidos calientes suelen tratarse en casa. Sin embargo, ¡cuidado!

Numerosos remedios exóticos prometen curas milagrosas para quemaduras y cicatrices, pero la realidad es que el mejor tratamiento inicial para este tipo de lesiones es algo tan básico como el agua del grifo. Por tanto, cuando se produce una quemadura, por el motivo que sea, la mejor manera de proceder es la siguiente:

  1. Suspender el contacto con el agente causal.
  2. Aplicar abundantemente agua tibia en la zona afectada durante al menos diez minutos. ¡Agua y nada más! Esto permite, por un lado, eliminar los restos de lo que está causando la quemadura (en el caso de aceite caliente, producto corrosivo, etc.) y, por otro lado, enfriar la piel y evitar que la quemadura continúe. progreso la temperatura.
  3. Durante los días siguientes podemos utilizar algún tipo de crema hidratante o apósito especial para quemaduras para ayudar a la cicatrización, y tomar algún analgésico común en caso de dolor. Tan simple como eso.

Cabe señalar que el agua muy fría o la aplicación de hielo son recursos desaconsejados, ya que provocan la contracción de los vasos sanguíneos, lo que dificulta la disipación del calor y aumenta la sensación dolorosa.

Quemaduras que requieren atención médica

Las quemaduras que afectan a una gran superficie, son más profundas o se encuentran en zonas delicadas del cuerpo (articulaciones, cara, cuello, genitales) necesitan ser valoradas en un centro de salud. En caso de que finalmente la lesión necesite ser valorada por un profesional sanitario, se recomienda seguir estos pasos:

  1. Suspender el contacto con el agente causal.
  2. Aplique abundante agua tibia en el área afectada durante al menos diez minutos.
  3. Cubra el área quemada con paños limpios y húmedos..
  4. No aplique ningún ungüento. Cualquier quemadura en la quemadura deberá eliminarse más tarde (con un procedimiento que puede ser bastante doloroso) e incluso puede complicar la curación.

Mª Esther Gorjón Peramato, enfermera de urgencias del SUMMA112. Vicepresidente 3ª y Miembro Nacional de Enfermería de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias (SEMES)



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