No es mala idea aprovechar estas primeras semanas del año para realizar una comprobación, comprobando nuestro estado de salud. Definitivamente el prueba de sangre Suele ser la herramienta más utilizada por los médicos para valorar cómo estamos y si puede haber algún problema. Y, precisamente en los resultados de los análisis es donde puedes encontrar un dato alterado: el de tus plaquetas. ¿Es motivo de alarma? ¿Pueden traicionar a alguno? enfermedad? Empezamos por entender, en primer lugar, qué son las plaquetas, y quién mejor que un hematólogo para explicárnoslo. “Las plaquetas son pequeños fragmentos de células sin núcleo que circulan en el torrente sanguíneo a partir de sus células precursoras, que son los megacariocitos que se encuentran en la médula ósea. Son células (en realidad fragmentos celulares) encargadas de la coagulación de la sangre (hemostasia primaria), es decir, impiden una hemorragia. Forman el tapón hemostático primario cuando se lesiona un vaso sanguíneo, es decir, se encargan de ir al punto de sangrado para taponarlo y, desde allí, desencadenar todo el proceso de coagulación”, explica el Dr. Miguel Herrero Coderch, hematólogo de Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela. Su trabajo es, por tanto, crucial.
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Por lo tanto, cuando se realiza un análisis de sangre y se realiza un recuento de plaquetas, podemos encontrarnos con dos problemas, que más o menos la cantidad considerada normal dentro de las escalas.
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Trombopenia, menos plaquetas de lo normal
Según el médico, cuando hay menos de 130.000 plaquetas/mm3, se considera que su número es más bajo de lo normal y tenemos trombocitopenia. «Hay muchas causas de trombocitopenia, algunas constitucionales y otras adquiridas. Los más comunes suelen ser causa inmune, es decir, se destruyen los anticuerpos que se pegan a las plaquetas y al circular por el bazo”, nos cuenta. Pero también agrega que la médula ósea puede no producir suficiente o son de mala calidad, como en el caso de insuficiencia medular o hipoplasia y mielodisplasias. “Por lo general, para tener síntomas relacionados con la falta de plaquetas, estas suelen tener que estar muy bajas, por debajo de 50.000/mm3”, señala la especialista. Estos incluyen hematomas frecuentes, sangrado frecuente de la nariz o las encías, aparición de pequeñas manchas rojizas en la piel (las llamadas petequias), demasiada menstruación… En general, como vemos, problemas de coagulación.
El médico aclara que también hay ocasiones en que se agregan las plaquetas y la máquina encargada de contarlas no es capaz de hacerlo con precisión. En este caso estaríamos ante lo que se denomina pseudotrombopenia y no es una enfermedad, ya que no produce ningún síntoma. “El tratamiento dependerá del origen de la afección.. Por ejemplo, tratamientos inmunosupresores si hay un componente inmunológico por ejemplo”, nos cuenta el médico.
Trombocitosis
En este caso nos encontramos con un recuento de plaquetas más alto de lo normal (>450.000/mm3). «Simplemente vino a nuestro conocimiento entonces una reacción de la médula ósea Los problemas inflamatorios, infecciosos o tumorales se denominan trombocitosis reactiva. Cuando cesa la patología de base, las plaquetas se normalizan, este tipo de trombocitosis no suele requerir tratamiento”, explica el hematólogo, quien indica que la otra causa común de trombocitosis son los síndromes mieloproliferativos crónicos, donde la célula madre es la responsable de la producción de plaquetas. , los leucocitos y los glóbulos rojos se alteran y producen más células de forma descontrolada. El síndrome primario que afecta a las plaquetas se denomina trombocitemia esencial.
Enfermedades ‘silenciosas’
“Estas enfermedades suelen ser bastante silenciosas y producen pocos síntomas y muchas veces se detectan por casualidad. Cuando producen una clínica, se relaciona con problemas de obstrucción vascular trombótica”, dice el especialista, quien indica que el tratamiento está dirigido a disminuir la producción de plaquetas con medicamentos mielosupresores que disminuyen la producción de plaquetas, leucocitos y glóbulos rojos y medicamentos que disminuyen la adhesividad de las plaquetas a los vasos sanguíneos pera prevenir la generación de trombos como la aspirina (ácido acetilsalicílico).
En cualquier caso, lo más importante es la valoración de nuestro médico, quien determinará si estamos o no ante un problema. «Los recuentos de plaquetas cercanos a lo normal por encima y por debajo de los niveles normales suelen ser insignificantes y no se consideran una enfermedad. El especialista valorará si es necesario realizar algún estudio adicional como el examen de médula ósea. Muchas veces una vigilancia analítica nos dirá si esa alteración numérica es patológica o no”, concluye el Dr. Herrero.
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