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Residuos “nucleares” de grasa toxica


No ocurre siempre, sin embargo cuando ocurre que comemos cierto alimentos con, pesticidas, dioxinas, herbicidas, bencenos, etc… nuestro sabio organismo lleva estas sustancias a los depósitos de grasa para que NO nos envenenen. Así cuando perdemos peso, se puede dar una circunstancia desagradable; al perder grasa, liberamos también esas toxinas lentamente y en cierta manera nos “envenenamos” dando origen a ataques inflamatorios constantes a todos los órganos, dolores de cabeza o provocando muchas veces enfermedades crónicas tempranas. Nuestro organismo libera acido araquidonico AA, de las células adiposas (grasas) almacenado como toxinas para que no pasen al torrente sanguíneo, es una defensa más. En el libro del Bioquímico Dr. Barry Sears propone una interesante teoria de “indagar” si tienes grasa toxica, se trata de lo siguiente;
Como saber si tienes grasa toxica en tu organismo:
- ¿Tienes sobrepeso?
- ¿Tomas algún medicamento para el colesterol?
- ¿Estas aturdid@ cuando te despiertas por la mañana?
- ¿Tienes tendencia al estrés?
- ¿Te apetece comer siempre hidratos de carbono, (dulces, galletas, bollería, pan..)?
- ¿Estas cansad@ a lo largo del día?
- ¿Te entra hambre a las dos horas de haber comido?
- ¿Tienes las uñas quebradizas?
- De estas preguntas; ¿tienes más de 3 afirmativas?, si es así, tienes grasa toxica.
Por ultimo
Si tienes una última analítica de sangre; divide el marcador de los triglicéridos por el marcador HDL .
No debe salirte superior a 4
(Ejemplo; 140 triglicéridos / 35 HDL = 4)
Si es superior a 4 tienes grasa toxica
El omega 3 y una dieta anti-inflamatoria parece que sea la solución a la grasa toxica. Parece sorprendente ¿verdad?, cómo simples ácidos grasos pueden controlar tantas funciones fisiológicas, y tan diversas. La explicación es simple: los Omega 3 influyen en el organismo mediante la síntesis de los eicosanoides, sustancias capaces de producir en varios órganos y aparatos de nuestro cuerpo una eficiencia física y mental mayor y tener menos probabilidades de contraer muchas enfermedades inflamatorias.
Las razones por las cuales en los últimos tiempos se habla tanto de los ácidos grasos omega 3 son varias:
Facilita la producción en nuestro organismo de los eicosanoides “buenos. Penetra en la estructura de las membranas de todas las células de nuestro organismo y también en las membranas de la mitocondria, la “central energética” de las células. Esto significa tener membranas celulares elásticas. El ejemplo más significativo es el de los glóbulos rojos que pueden adoptar una forma alargada, para introducirse ágilmente en los capilares más pequeños para llevar nutrientes y oxígeno a los tejidos. Otra razón y quizás la más importante; es que los ácidos grasos esenciales Omega 3 presentes en el pescado (en particular EPA y DHA) tienen una función de notable importancia en la regulación de los triglicéridos a nivel hemático, el riego sanguíneo, la respuesta inmunitaria y antiinflamatoria o la agilidad mental.