¿Eres de los que piensa que hacer dieta es lo mismo que pasar hambre? ¿Has probado algunos y aún no has visto los resultados? No te preocupes, en este post te daremos algunos consejos para perder peso sin poner en peligro su salud.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que No todo vale la pena cuando se trata de perder peso. Debe hacerse de forma progresiva, moderada y sin exponer nuestra salud a altibajos nutricionales que puedan afectarla gravemente.
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Bajar de peso es, en última instancia, un problema de salud. Sin embargo, buena parte de las dietas que se nos ofrecen hoy en día no siempre están preparadas para ello. Por el contrario, nos conducen a desequilibrios nutricionales que alteran el normal desarrollo de nuestro metabolismo.
Esto sucede, por ejemplo, cuando pasamos hambre. Un error bastante común es creer que al eliminar ciertos grupos de alimentos estamos ayudando a mejorar nuestra salud. En realidad es al revés: el cuerpo deja de ingerir elementos vitales para su desarrollo diario y se pierde masa muscular y ósea, sus niveles de agua disminuyen y, además, la cantidad de grasa eliminada es mínima.
En otras palabras, dietas saludables. son las que garantizan la ingesta de todos los grupos de alimentos, cada uno por derecho propio, pues se entiende que cada uno de ellos es vital para nuestra alimentación.
¡Olvídate de pasar hambre! Ninguna dieta saludable pretende poner en peligro su bienestar. Eso sí, tómatelo con calma y no te rindas si no notas los resultados en las primeras semanas. Es un proceso que requiere disciplina y paciencia.
La salud es lo primero: consejos para adelgazar de forma saludable
Dicho esto, comencemos con la pregunta: ¿cómo podemos perder peso sin alterar severamente nuestra salud? Toma nota de los siguientes consejos:
- Establecer horarios fijos. Las rutinas son fundamentales para el éxito de todo tipo de dietas. Horarios fijos para el desayuno, la comida y la cena, así como para las otras 2 o 3 comidas complementarias a lo largo del día.
- Asegúrate de que tu dieta sea adecuada para tu estilo de vida. Cada persona tiene unas necesidades nutricionales diferentes en función de su edad, estado físico, rutinas, etc. Asegúrate de que la dieta que elijas sea adecuada para ti.
- Sea moderado en las porciones. Disminuye la cantidad de raciones que sueles comer. Parte del éxito de una dieta está en satisfacer el hambre física (relacionada con las funciones corporales) y combatir el hambre psicológica (generalmente asociada con la ansiedad y el estrés).
- Permítete un ‘homenaje’ de vez en cuando. Las dietas no son camisas de fuerza. Aunque te exigen disciplina y continuidad, eso no quita que de vez en cuando no te abras hueco a un pequeño capricho. Esto te ayudará a calmar la ansiedad acumulada.
- Coma cinco comidas al día. Esta recomendación echa por tierra la idea de la que hablábamos antes: no por comer menos adelgazamos más. Al contrario, la solución parece ser aumentar el número de comidas al día, lo ideal son 5. Eso sí, no hablamos de comer mucho en cada una de ellas, sino de repartir mejor los alimentos que ingerimos.
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