Tener éxito, alcanzar el éxito. Suena bien, ¿no crees? Pues bien, aunque parezca paradójico, hay mucha gente que tiene miedo al éxito, algo especialmente común en la sociedad española y de lo que curiosamente somos poco conscientes. Y, evidentemente, ese miedo puede convertirse en un obstáculo para alcanzar nuestras metas y objetivos. Y es que se traduce en un miedo a todo lo que implica el éxito: a destacar sobre los demás, a ser envidiado y perder el cariño de los amigos, al miedo a la responsabilidad, a los cambios que implicarían salir de mi zona de confort… y a menudo, nos hace repetir patrones que hemos visto en nuestros mayores y no cambiamos porque es nuestra forma inconsciente de no traicionarlos. «En España hay una buena parte de la población que tiene miedo al éxito, sobre todo relacionado con la creencia de que no lo merecen, aunque también está relacionado con la falta de poder. El miedo al éxito nos impide inconscientemente triunfar en la vida o en cualquiera de sus facetas, ya sea en el amor, en el trabajo, con nuestra familia, con nuestros hijos, etc», afirma Irina de la Flor, Directora del Master de Coaching Aware de la Escuela Superior de Salud Integral (ESI).
El experto también nos dice que, por otro lado, hay que tener en cuenta que el sentimiento de fracaso estará ligado a las ideas que la persona tiene asociadas al éxito, como consecuencia de lo que reside en su inconsciente. «El miedo al éxito se manifestará en forma de varios fracasos en uno o varios ámbitos de la vida , así como en forma de acontecimientos que objetivamente no podrían calificarse de fracaso, pero que para la persona que lo sufre, sí lo son. se siente como tal. Puede ser el caso de una persona que tiene mucho éxito en el trabajo, pero que siente que no ha tenido éxito porque no ha llegado a ser el número uno de su empresa, o de otra que, por ejemplo, hereda la empresa más importante de un país. Siente que no tuvo éxito porque no creó ese proyecto en primer lugar», explica.
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¿Qué significa tener éxito?
Para el experto, la cuestión del éxito depende claramente de nuestro conjunto de creencias maternas, o creencias básicas, que están profundamente arraigadas, en primer lugar, en nuestra cultura y, en segundo lugar, en nuestro linaje familiar. El éxito o el triunfo es también un concepto diferente dependiendo de nuestro nivel de conciencia, no tanto del país. Y lo resume así:
- -Para un nivel de conciencia bajo, el éxito puede asociarse (entre otras cosas) a la fama, a la riqueza extrema con una enorme cantidad de bienes materiales, al poder sobre los demás o a un cuerpo perfecto (a pesar de haberse conseguido mediante cirugía).
- -Para un nivel medio de conciencia, en la mayoría de los países se considera que se tiene éxito cuando se posee una vivienda propia, se tiene un salario medio alto, estabilidad o seguridad financiera, y quizás una familia, hijos e incluso salud.
- -Para los niveles superiores de conciencia, el éxito no está tan ligado a los bienes materiales, sino a una vida pacífica, a tener buenas relaciones humanas, a un propósito o misión de vida por el que aportamos algo al mundo y a una vida sencilla, en contacto con la naturaleza y con un profundo respeto por todo y por todos.
«Para los niveles bajos de conciencia podemos asociar diferentes ideas con diferentes culturas. El triunfo en Italia es la estética, la apariencia y la forma. En Francia, por ejemplo, la victoria se asocia a la cultura, tanto como a la retórica. En Inglaterra, el triunfo del comportamiento social adecuado según la clase, el nacionalismo («King and Country»). En Estados Unidos es habitual asociar la victoria con la riqueza material y el patriotismo», añade.
¿Cuáles son las razones de este miedo en particular?
Una de las claves es encontrar la causa de este miedo. «Muy a menudo, este miedo está relacionado con la creencia de que no te lo mereces; la persona cree inconscientemente que no se merece ese éxito. Es decir, cuando hay una idea en el inconsciente que le «dice» casi constantemente que «esto no es para ella», «esto no es para la gente de su familia», «esto es sólo para los ricos» o «esto». Es sólo para personas de cierta clase, raza o género». El miedo al éxito relacionado con no merecerlo pone a la persona en una situación incómoda porque, pudiendo brillar en todos los ámbitos de la vida, elige inconscientemente lo contrario. O, lo que es lo mismo, elige lo que su cabeza crea para él o ella y, de este modo, acaba experimentando lo que teme, es decir, lo que cree que se merece», nos dice Irina de la Flor. Y nos pone un ejemplo concreto: «Si una persona nace en una familia machista en la que se le ha inculcado la idea de que las mujeres no merecen un buen trabajo, esa persona elegirá inconscientemente trabajos mediocres y se programará para no tener éxito. Lo mismo ocurriría en una familia que inculca a sus hijos que si son de una determinada raza o clase, no tienen derecho a grandes trabajos. Esos niños, cuando crezcan, es muy probable (si no desafían la creencia limitante) que elijan lo que sus padres parecían.
Además, en su opinión, el miedo al éxito es también el resultado de la creencia «no soy digno», que va unida a la creencia «no me merezco», y esto se manifiesta en personas que sufren en su cabeza una relación entre las ideas «no me merezco como mujer, como hombre, como persona, por lo tanto no me merezco una pareja que me trate bien, un buen trabajo en el que me respeten, un trabajo que me guste, buena salud, buenos amigos que me apoyen», detalla.
nos impide progresar
Parece claro que este miedo puede influir en nuestro progreso a nivel personal, pero quizás también a nivel general como país. «Este miedo influye claramente en el tipo de vida que tenemos. Las personas que están más desarrolladas personalmente o tienen un nivel de conciencia más elevado saben que co-creamos nuestra realidad, no que somos víctimas de ella. Hasta cierto punto, tenemos un margen bastante amplio para crear nuestro destino. Si creemos que no vamos a tener éxito en lo profesional o en lo personal, lo más probable es que eso ocurra», dice el seleccionador, que añade que, como he dicho, a nivel general, como país, también influye. «Si se nace en una sociedad movida por el miedo, es difícil que ese país crezca material y espiritualmente. Los países más ricos hoy en día no son necesariamente los de mayor riqueza per cápita, sino aquellos cuyos ciudadanos viven en armonía con la sociedad y la naturaleza. Bután es un gran ejemplo de país con un alto nivel de concienciación y un menor nivel de miedo», afirma.
Para que puedas identificarlo y actuar
Ya sabemos qué es este miedo, pero ¿cómo sabemos que somos nosotros los que lo tenemos y, lo que es más importante, cómo podemos afrontarlo? «Este miedo es fácil de reconocer. Lo mejor es dar una pequeña rueda de la vida y ser sinceros con nosotros mismos», dice el experto, que sugiere lo siguiente:
- -En primer lugar, tenemos que valorar del 1 al 10 cómo de felices somos en las diferentes áreas de nuestra vida: trabajo, dinero, familia, pareja, salud, hogar y entorno, amigos, ocio, intelectual y espiritual.
- -En segundo lugar, tenemos que elegir las áreas que han sido calificadas con menos de 7 u 8.
- -En tercer lugar, tenemos que preguntarnos: ¿qué miedo tengo en este ámbito? Ya sea por miedo al ridículo, al dinero, al qué dirán o a decir lo que pensamos… Todos los miedos están relacionados con el miedo al éxito porque si no tenemos al menos uno notable en todas las áreas, hay algún tipo de creencia limitante o miedo que nos hace sufrir.
- -La cuarta cosa que debemos hacer es preguntarnos: ¿Qué puedo hacer para mejorar esta situación? ¿Qué haría una persona muy valiente y sabia en mi lugar? Las respuestas nos darán pistas sobre lo que debemos hacer para salir de nuestra zona de confort y superar poco a poco esos miedos específicos en cada área concreta.
Miedo a salir de la zona de confort
Nos sentimos cómodos en nuestra zona de confort, ¿quizás esta sea la clave que explica este miedo? «Sí, el miedo forma parte de la vida y también es el origen de lo que llamamos ego , esa máscara o personaje que nuestra mente crea para protegernos de lo que la mente ve como un problema o un riesgo. El ego, como manifestación del propio miedo, tiene una fuerza poderosa y para superarlo debemos salir de nuestra zona de confort. Si tienes miedo a nadar, como en todos los casos en los que tenemos miedo, es mejor ir poco a poco. Primero metemos un pie, luego el otro, y después vamos despacio hasta una zona en la que nos quedamos en el agua para no entrar en pánico y morir», comienza explicando Irina de la Flor, para concluir que lo mismo ocurre con el miedo. de éxito.
«Tenemos que ganar terreno poco a poco, viendo que no hay peligro de muerte. Si queremos ascender en nuestro trabajo, debemos hablar con nuestro superior; si sentimos que no nos aprecian en el trabajo y deberíamos obtener un salario más alto, debemos hablar con la persona adecuada; si tenemos problemas en nuestra relación, debemos hablar con nuestra pareja o buscar ayuda. Moviendo la ficha poco a poco, empezaremos a ganar terreno al miedo al éxito y triunfaremos escuchándonos a nosotros mismos, respetándonos, pidiendo lo que necesitamos y luchando por una vida mejor», sugiere.
Su relación con el miedo al fracaso
Y detrás está el posible miedo al fracaso, que nos lleva a esa falta de iniciativa y nos paraliza. Tanto es así que, para el entrenador, el miedo al éxito y el miedo al fracaso son dos caras de la misma moneda, o dos extremos de una cuerda. «Como siempre, la solución está en el medio. Tanto si tenemos miedo al éxito como al fracaso, la mente nos paralizará, y a lo que hemos venido en esta vida es a aprender, no a quedarnos quietos. Aprendemos cometiendo errores, asumiendo riesgos, apostando por nosotros mismos, persiguiendo nuestros sueños, eligiendo el amor, la verdad, la salud, el autocuidado y el cuidado de los demás. Si estamos paralizados por el miedo en cada extremo, sólo estaremos en una jaula dorada. Podremos estar calientes con algo de comida y agua, pero no experimentaremos la vida en todo su potencial», explica.
Sentimiento de culpabilidad
Por último, nos preguntamos si puede haber algo de culpa detrás de este miedo cuando alcanzamos el éxito porque otras personas no lo consiguen. «La culpa es algo que está muy arraigado en la sociedad española. Sentirse culpable del propio triunfo y vincularlo al fracaso de los demás es una forma de ver la vida desde la carencia y no desde la abundancia. La vida es abundante y los límites sólo están en nuestra cabeza. Que una persona tenga éxito (a no ser que sea una competición real) no tiene nada que ver con el fracaso de otra. Eso ocurre con el dinero, el tiempo, el amor, las amistades y casi todo lo demás. Si bien es cierto que los recursos naturales son limitados, vivimos en un mundo en el que lo importante abunda», explica Irina de la Flor, que recomienda centrarse en la paz interior, en la oportunidad de amarse a uno mismo y a los demás. Concéntrese en crear un mundo mejor. dedicarnos a lo que nos hace felices de forma elevada, son las claves para perder el miedo al fracaso o al éxito.